Lo que va ha leer a continuación es algo de ficción y mucho de mi realidad, lo hice como cuento porque ya usted sabe me gusta escribir, espero que le agrade y si no hágamelo saber.
Acabo de
terminar la transmisión en vivo de mi programa radial, recojo mis cosas y me
preparo para salir de la cabina, sostengo las llaves de mi auto en mi mano y de
pronto, vuelvo hacia atrás, camino por unas agitadas avenidas, del centro de
Lima, llenas de autos que van de un lugar para el otro, gente apresurada, y yo completamente
cansada con hambre después de un día de trabajo fuerte y unas intensas clases
de comunicación que todavía suenan en mi mente, camino ensimismada, de pronto
una intensa lluvia de verano que toca no solo mi cuerpo sino también mi alma
comienza a caer, la gente busca donde guarecerse mientras que yo acelero el
paso para no perder el último microbús de regreso a casa.
¡Cuanto
sacrificio!, me digo a mi misma, mientras veo que mis compañeros de clase
pasan en sus autos propios sin preocupación, y me pregunto, ¿será posible que
algún día tenga un auto?, y el grito ensordecedor del cobrador de microbús
llamando a la gente me trae devuelta a la realidad, tengo una hora de camino
hacia mi casa, mientras que el hambre habla desde mis adentros haciendo sonar
mi estomago, me acomodo en un asiento del microbús y pienso en mi cena, a la
vez que hablo con el Creador y veo caer la lluvia a través de mi ventana.
Yo se que estas ahí, le digo, y aunque no te veo se que estas aquí, luego le
pregunto, ¿como es posible que amigos míos de mi edad tengan un auto y yo no?,
y claro la pregunta no tuvo respuesta. Seguían
mis pensamiento divagando mientras el micro avanzaba hacia el lugar de mi
destino, por la ventana podía divisar casitas hechas de esteras, y calles
empedradas que me hacían saltar de mi asiento como si viajara en burro y no en
microbús . Finalmente llegué a mi destino y debo cobrar fuerzas porque me espera
otra caminata más de aproximadamente media hora a oscuras ya que el
alumbramiento público todavía no ha llegado al vecindario. Acelero el paso y mi
corazón se acelera también, mientras reanudo mi conversación con el Creador, y
le digo, ¡por favor que no me roben!, que llegue bien a casa, - sigo acelerando
el paso y decido pensar mejor en mi cena, preparada por mi mami que me espera
despierta todas las noches no solo para servirme la comida sino también para
escucharme contar todo lo que paso durante mi día y darme su punto de vista
sobre cada situación, y hoy es uno de esos días en los que mi cena es especial,
porque lo que ella había preparado no había alcanzado para todos y a mi me
tocaba comer un poco de arroz revuelto con huevo y un plátano frito encima, ¡la
cosa mas deliciosa del planeta!. Por fin estoy dando los últimos pasos para
llegar a mi casa y sale a mi encuentro el tierno “Boby” saltando y moviendo su
cola me acompaña hasta la puerta y vuelve a su posición de guardián.
Ya estoy en
casa y mi madre sirviéndome la cena, mientras me alimento, ella me pregunta ¿cómo
te fue? y comienzo a contarle mis deseos y sobretodo mis anhelos además de las
dudas de saber si los alcanzaré, y como siempre ella me escucha atentamente
hasta que termino de sacar todo de mi corazón, (una buena terapia al final del
día), sus palabras me enseñaron a confiar en Dios y a conocer que lo que el
tenia preparado para mi era realmente grande y que pasara lo que pasara los
planes que Dios tenia para mi se cumplirían, y además concedería los deseos de
mi corazón, solo era cuestión de tiempo. Además siempre remarcaba algo “no te olvides,
que Dios te esta mirando, solamente esfuérzate y se valiente”.
Esfuérzate y
se valiente, Dios te esta mirando, esfuérzate y se valiente, el concederá los
deseos de tu corazón, estas frases sonaron como un incansable eco en mi mente,
a lo largo de mis días cuando veía que mis sueños se hacían inalcanzables o
cuando ya no tenía fuerzas para seguir y de pronto la alarma de mi celular me
trae de vuelta a la actualidad mientras las llaves de mi auto se caen de mi
mano, miro la alarma del celular y me recuerda un día especial, es el
cumpleaños de mamá quien ha partido con Dios hace bastante tiempo.
Dios lo había
hecho y solo fue cuestión de tiempo ahora no estoy en Lima estoy en New York,
no camino desesperada por alcanzar un microbús, camino pausada hacia mi auto, y
en casa me espera una deliciosa cena, hoy los esfuerzos en los estudios dieron
su fruto y lo que sonaba en mi mente, diariamente, hoy puedo transmitirlo al
mundo entero, solamente Esfuérzate y se Valiente, Dios te esta mirando!!!!. Radiandofe
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